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Arquitectos: Joris Verhoeven Architectuur
- Área: 225 m²
- Año: 2021
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Fotografías:John van Groenedaal
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Proveedores: Alpha Innotec, Burnede Wood, Isovlas, Itho Daalderop, Roma, Solaredge, Sunpreme
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Esta satinada y brillante vivienda se encuentra en una zona de expansión rural. A primera vista, esta casa rústica y relajada no destaca entre las casas de los alrededores. La madera quemada remite sutilmente a los graneros negros de esta zona.
El origen de la técnica de revestimiento de fachadas en negro está en Japón, donde se llama Shou Sugi Ban. Utilizan esta técnica milenaria para que la madera no necesite mantenimiento y sea sostenible. La quema crea una capa de carbono en la madera para evitar la entrada de humedad y moho.
El chaflán de la casa carbonizada sigue el límite del terreno. También está orientado a la posición del sol. Toda la casa forma un juego escultórico asimétrico de masa y apertura. Los detalles minimalistas de la casa lo realzan y aportan una potente luminosidad.
A pesar de que la casa es energéticamente neutra, esto no se interpone en el diseño. Se calienta con energía geotérmica en combinación con paneles solares en el tejado alto y plano. La fachada totalmente acristalada del lado sur proporciona un calor muy necesario en los meses de invierno.
La casa con estructura de madera está diseñada para resistir el ciclo de vida. En el futuro, será posible situar el dormitorio y el baño en la planta baja. Los espacios individuales están conectados en una estructura abierta con el menor número de puertas posible. Se ha creado una altura de techo adicional en el salón y la cocina para conseguir mayor amplitud.
La casa está prefabricada y construida de forma sostenible con casetes de madera rellenos de aislamiento de lino. A veces se hace con madera contrachapada de abedul para decorar. Esta forma pura y rápida de construir, en la que el trabajo estructural es también el acabado, presenta grandes ventajas en cuanto a la duración y el coste de la construcción.
Un uso mínimo de materiales, menos movimientos de transporte y un uso mínimo de agua en la obra significan construir un futuro mejor. La prefabricación y la base biológica dan como resultado un edificio con huella negativa de CO2. Además, la casa también es energéticamente neutra.